19 dic 2007

Análisis del ensayo "Método de composición", de Edgar Allan Poe


Se va a comentar un texto ensayístico de Edgar Allan Poe titulado originalmente Philosophy of Composition. En España este ensayo fue publicado en 2001 por Ellago Ediciones junto a una edición bilingüe del poema The Raven y otro pequeño ensayo de crítica a la obra Barnaby Rudge, de Charles Dickens, bajo el título global Método poético y narrativo. Es a esta última edición traducida al español por Magdalena Palmer a la que se hará referencia en esta reseña.

El ensayo de Poe es, primero, un ataque frontal contra la mayoría de los escritores, sobretodo poetas, que “prefieren dar a entender que componen por una especie de sublime frenesí o intuición extática” (Poe, 2001: 17) y, en segundo lugar, una defensa de su poder creativo a través de la explicación de su método de composición ejemplificado a través del poema The Raven. Poe plantea el ensayo en unos términos tan tajantes que no puede dejar, como se verá, indiferente a nadie.

El ataque a los escritores comienza con una enumeración exhaustiva de las posibles razones por las que ningún escritor hasta ese momento había querido, o sido capaz, de explicar su método de composición. Dice de ellos que

sin duda se estemecerían ante la idea de que el público echase un vistazo entre bastidores a las laboriosas y vacilantes crudezas del pensamiento, a los verdaderos propósitos sólo vislumbrados en el último momento, a los innumerables destellos de ideas que no alcanzaron la madurez completa, a las imágenes del todo maduras desechadas desesperadamente por inabordables, a los cautos rechazos y selecciones, las dolorosas borraduras e interpolaciones (Ibíd. 17)

Y así continúa una larga enumeración que describe minuciosamente el proceso creativo de la mayoría de los escritores. Aquí parece haber cierta contradicción, pues, ¿cómo puede describir tan detalladamente todos los imperdonables pecados de los demás poetas si él nunca los ha cometido? Resulta difícil pensar en la frialdad que se requeriría para componer un poema guiado por un método estricto. Va más lejos a continuación: Poe propone revelar el método seguido para la composición de The Raven con el objetivo de

demostrar que ningún detalle de su composición es atribuible al accidente o la intuición, que la obra se desarrolló paso a paso, hasta su conclusión, con la precisión y el rigor lógico de un problema matemático (Ibíd. 18)

A continuación, Poe desestima revelar la circunstancia (de necesidad, seguramente económica, como muchos biógrafos han apuntado), que establece como punto de partida para la composición del poema el satisfacer tanto el gusto popular como el de la crítica
[1].
Después empieza a enumerar los pasos del método compositivo que podría esquematizarse de la siguiente manera:

1. La extensión.
Poe considera que hay un límite que no debe ser sobrepasado en toda obra literaria: el límite de una sola sesión de lectura. Aunque concede que hay obras válidas que superan ese límite (como Robinson Crusoe), en ningún caso ha de suceder, en su opinión, con un poema. Decide una extensión de cien versos.

2. La impresión, o el efecto, que se desea transmitir.
La Belleza, dice Poe, es “el único dominio legítimo del poema” (Ibíd. 20), en contraposición a la Verdad y la Pasión, que se logran con más facilidad con la prosa.

3. El tono
La melancolía, concluye el poeta, es el más legítimo de los tonos poéticos.

4. El estribillo
“La universalidad de su uso bastó para convencerme de su valor intrínseco”, dice Poe (Ibíd. 22). Aunque busca una forma innovadora estableciendo como estribillo una sola palabra. A continuación busca esa palabra, que ha de ser muy sonora y susceptible de aplicarle un énfasis prolongado. Concluye que ha de ser una palabra con o larga y con r, y para servir al tono, elige la conocida Nevermore.

5. El personaje que pronuncia el estribillo
Al ser una sola palabra sería absurdo que pronunciara el estribillo un ser humano. Piensa entonces en el cuervo, que tiene la facultad de hablar y es al mismo tiempo, más acorde con el tono pretendido.

6. Tema, emisor y receptor
Poe decide a continuación que el tema melancólico más universal es la muerte. Después se pregunta “¿Y cuándo éste, el más melancólico de los temas, es más poético?” (Ibíd. 24) Y se responde a sí mismo que cuando está asociado a la belleza. De ahí deduce que la muerte de una mujer hermosa es el más melancólico de los temas y que el poema debe estar enunciado desde la primera persona del amante desconsolado por su pérdida.

A partir de aquí los distintos puntos esquematizados hasta ahora se van combinando para continuar la composición.
Para combinar el personaje del cuervo, que no dice otra cosa que Nevermore, con el amante, decide que el animal responda a preguntas de éste. Después advierte el poeta que este diálogo se presta a lo que denomina “variación de aplicación”, que consiste en hacer que, en la primera estrofa, el Nevermore del cuervo sea una respuesta totalmente absurda, en la segunda algo más coherente aunque aún absurda, en la tercera más, y así gradualmente hasta la última estrofa en que la respuesta del cuervo es perfectamente lógica, lo que se une a que el amante ya sabe perfectamente qué responderá el animal.
Poe comienza entonces a escribir por el final, “por donde deberían empezar todas las obras de arte”
[2] (Ibíd. 26), añade el autor.
Escribe entonces la última estrofa, que es el punto culminante, a partir del cual sería fácil graduar la narración y el efecto rítmico de todo lo anterior, y además le sirve de modelo para las demás estrofas. Después habla de cómo decidió la versificación. Buscaba originalidad, y la halla en la combinación, pero no en los versos, ya existentes.
Después decide la escena de reunión entre el cuervo y el amante, la cual considera fundamental que tenga lugar en una circunscripción cerrada, para lograr la impresión de accidente aislado. Concluye que la habitación es el lugar más adecuado.
Con el poema ya compuesto desde el principio hasta la primera estrofa compuesta (el final), Poe toca un tema muy interesante para justificar la inclusión de las dos últimas estrofas. Dice que “el poema en su base obvia, la de la simple narración, toca a su fin [...] sin que se hayan traspasado los límites de lo real” (Ibíd. 31-32) Se refiere a la desnudez del poema en esa forma, y de la necesidad de “cierta corriente oculta, por muy indefinida que sea, de significado” (Ibíd. 33). Es decir, Poe desea acercar más el poema al polo lírico añadiendo cierta densidad formal. Si bien, propone cautela a la hora de “densificar”, pues se corre el riesgo de “proyectar en la evidencia de la superficie en lugar de ocultar en la profundidad― lo que transforma en prosa (y en prosa de la más insulsa) la supuesta poesía de los supuestos trascendentalistas” (Ibíd. 33)

Aquí termina el método compositivo de Poe. La lectura del ensayo es apasionante, sorprendente por estar lleno de proposiciones insólitas que hacen que el crítico y el creador se planteen múltiples preguntas. Qué duda cabe de que Poe ha sido una de las mentes más brillantes de la historia de la literatura. No obstante cabe preguntarse de qué manera se planteó el método compositivo de un ensayo de ataque y defensa de su método compositivo poético. Nadie sabe ni sabrá si todo lo que afirma Poe en este texto es rigurosamente cierto o si es una manipulación resultado de la ira provocada por haber sido acusado de plagio. Como Poe defendía fervientemente, comienza también el ensayo desde el final, es decir, con el poema The Raven con toda su gloria ya cosechada. Esto, como él mismo dice, es propicio para dirigir la atención del lector a donde se desee. Si su intención fue engañar o decir la verdad nunca lo sabremos. Y es natural que, si bien pudiera haber muchas falacias, también es cierto que muchos aspectos del método son seguramente ciertos.

----------------------------------------------------------------------------------
[1] Igualmente satisface el gusto de crítica y público uno de los últimos trabajos del músico Lou Reed, un homenaje al poema de Poe que toma su nombre, The Raven. Una interesantísima versión que combina arte gráfico, música y poesía está disponible en http://www.loureed.com/new/features/dario/mainpage.html
[2] Este es el tema fundamental que enfrentó a Poe con Dickens, de ahí la actitud tan tajante.

----------------------------------------------------------------------------------

Agradecimientos a Dabiz del Reino por dejar que le robe su peazo ilustración. Más gente arrugada en http://gentearrugada.blogspot.com/

12 dic 2007


“I’m a poet, and I know it”
Herencia Literaria en Bob Dylan

Don’t ask me nothin’ about nothin’,
I just might tell you the truth

Bob Dylan
Outlaw blues
(Bringing it All Back Home, 1965)




Desde que Bob Dylan fuera propuesto por primera vez en 1996 (y desde entonces, hasta hoy, cada año) candidato a premio Nobel de literatura, muchos de los que habían permanecido reticentes a aceptar que del mundo del rock pudieran llegar letras de calidad, tuvieron que retractarse, reflexionar, hacer en su caso un acercamiento para después rendirse a la evidencia. El profesor de lírica de la Universidad de Boston Christopher Ricks, por citar un testimonio prominente, considera a Bob Dylan como “uno de los poetas más refinados de todos los tiempos”. Aún así, sigue habiendo gente que se resiste. El primer volumen de su autobiografía, Chronicles, aparecido en 2004, puede ser la obra determinante para rendir a estos últimos que siguen reticentes a aceptar a Dylan dentro del universo de las letras.

Chronicles ha sido calificado como el mejor libro aparecido en 2004 por muchos críticos de las más prestigiosas publicaciones inglesas y norteamericanas. Este texto será la base de esta aproximación desde la óptica de lo literario. El libro está salpicado de referencias constantes a escritores, obras y poetas. Veremos de qué manera influye la palabra en Dylan acudiendo a algunas citas de su autobiografía y a algunas de sus propias canciones.

Ya en las primeras páginas, podemos atestiguar de primera mano de qué manera concibe Dylan la música y cómo, sólidamente unida a ella, siempre está la poesía. La clave de esta unidad indisoluble la descubre nada más comenzar su andadura musical, recién llegado a Nueva York al final de la década de los 50. Allí descubre que aunque muchos otros músicos cantaban y tocaban mejor, él tenía algo que lo hacía diferente. Ese “algo” lo explica Dylan de esta manera:

Folk songs were the way I explored the universe, they were pictures and the pictures were worth more than anything I could say. I knew the inner substance of the thing. I could easily connect the pieces. (Dylan, 2004:18)

Dylan veía imágenes en los primeros temas folk que interpretaba y fue a través de ellas como él decidió comunicarse. Tenía que conectar ambas cosas: música e imágenes, y para ello acude a la poesía, para buscar en ella lo que después pretendería aplicar en sus temas musicales. La poesía fue crucial desde el principio en la innovación que Dylan introdujo en la música moderna. Lo fue por varios aspectos. En primer lugar, la duración: Dylan tenía la firme convicción de que las canciones debían extenderse más allá de los tres minutos, pues se debía obligar al receptor a seguir una historia, a hacer el esfuerzo de enfocar la atención. Dylan opina (Íbid, 55) que las canciones cortas, al igual que la televisión estaban destruyendo la mente y la imaginación de los jóvenes. Entonces, como él mismo apunta:

I had broken myself of the habit of thinking in short song cycles and began reading longer and longer poems to see if I could remember anything I read about in the beginning. I trained my mind to do this […] I read all of Lord Byron’s Don Juan […] Also, Coleridge’s Kubla Khan. I began cramming my brain with all kinds of deep poems (Íbid. 56)

Dylan, como puede verse, literalmente llenó su cerebro a reventar de todo tipo de poemas profundos de larga duración. Y consecuencia directa de este firme propósito son sus primeros temas largos, a partir de su segundo LP, The Freewheelin’Bob Dylan (1963), en el que aparecen por primera vez canciones de más de seis minutos, como A Hard Rain's A-Gonna Fall o Talking World War III Blues. Después llegaría a componer temas que llenarían toda una cara de un disco, como Desolation Row, del album Highway 61 Revisited (1967), o Sad Eyed Lady of the Lowlands, de Blonde on Blonde (1966); primer disco doble de la historia del rock. En Time out of mind (1997), está la canción más larga, de casi 17 minutos: Highlands.


No sólo fue esa la influencia de la literatura en Dylan. Durante toda su autobiografía, no para de indicar con qué pasión se acercaba a los libros, desde Tucídides hasta Jack Kerouac pasando por Balzac, Dostoyevski, y muchos otros. A veces acude incluso a pasajes de la biografía de sus escritores favoritos para explicar otros de su propia vida:

Dostoyevsky was accused of writing socialist propaganda. He was eventually pardoned and wrote stories to ward off his creditors. Just like in the early ‘70s I wrote albums to ward off mine (Íbid. 38-39)

Parece inevitable establecer la comparación entre Dylan y lo escritores de la generación Beat, y sí; en efecto Dylan reconoce su influencia, pero solamente al principio:

Within the first few months that I was in New York I’d lost my interest in the “hungry for kicks” hipster vision that Kerouac illustrates so well in his book On the Road. That book had been like a bible for me. Not anymore, though. I still loved the breathless, dynamic bop phrases that flowed from Jack’s pen… (Íbid. 57)

Es significativo cómo Dylan, en contra de lo que se dijo al terminar la Segunda Guerra Mundial, considera la Ilustración todavía vigente:

It was said that World War II spelled the end of the Age of Enlightment, but I wouldn’t have known it. I was still in it. Somehow I could still remember and feel the light of something about it. I’d read that stuff. Voltaire, Rousseau, John Locke, Montesquieu, Martin Luther―visionaires, revolutionaires… it was like I knew those guys, like they’d been living in my backyard. (Íbid. 30)

Dylan es un escritor de canciones tremendamente ecléctico. Toma de los escritores ilustrados su preocupación inicial por los derechos humanos, la crítica a la iglesia y al estado. En la canción titulada Idiot Wind, del album Blood on the tracks (1975), escribe:

Idiot wind, blowing like a circle around my skull,
From the Grand Coulee Dam to the Capitol (Íbid. 1985ii:138)

Vemos el paralelismo entre la calavera y el Capitolio, desde donde el “viento idiota” de la clase política llega para rodearle. Para Allen Ginsberg, la letra de esta canción suponía la "great disillusioned national rhyme". Recordemos que fue escrita en 1975, cuando ya quedaba muy lejos el verano de las flores y el presidente Ford, junto con al ministro Henry Kissinger, se ocupaban de blindar dictaduras contrarias al ideario de izquierdas en todo el mundo.

Si bien las “preocupaciones ilustradas” vinculadas a las canciones protesta de Dylan prevalecieron durante sus primeros años, ha sido el aspecto romántico el que se ha mantenido durante toda su obra. Ya se han citado a Byron y Coleridge, pero hay muchos más de los que Dylan reconoce su influencia: Rimbaud, Verlaine, Shelley, Longfellow, Poe, Giacomo Leopardi, Milton, François Villon…

Dylan memorizó el poema The Bells, de Poe, y escribió una melodía para cantarlo. Según Warwick McFadyen (2004), en su artículo titulado Like a Rolling Tome, el ritmo, fervor y actitud del poema de Poe puede apreciarse en It’s all right Ma, (I’m only bleeding). Podemos comparar:

In the silence of the night,
How we shiver with affright
At the melancholy menace of their tone!
For every sound that floats
From the rust within their throats
Is a groan.
(Poe)

Temptation's page flies out the door
You follow, find yourself at war
Watch waterfalls of pity roar
You feel to moan but unlike before
You discover
That you'd just be
One more person crying.
(Dylan)


También se aprecia la influencia de Poe en estos versos de la canción Love minus zero/No limit, del album Bringing it All Back Home:

The wind howls like a hammer,
the night blows cold and rainy,
My love she’s like some raven
At my window with a broken wing (Dylan, 1985i: 112)



Si recordamos el poema The Raven, vemos claramente el paralelismo. En el poema de Poe (Poe, 1845 : 48), el cuervo niega cualquier continuidad entre el personaje-narrador y la amada muerta; además, al final del poema, el cuervo se niega a irse (como si tuviera el ala rota) y el alma del personaje-narrador se convierte en la sombra del cuervo (And my soul from out that shadow that lies floating on the floor / Shall be lifted – nevermore). El amor del personaje de Poe, como el de Dylan, es un cuervo con el ala rota, un inquietante y siniestro intruso.

Podría seguir desgranándose la obra del bardo de Minessota y seguir relacionándolo con las grandes figuras de la literatura, no sólo poetas. Hay referencias bíblicas constantes en un tono que nos recuerda a Walt Withman; referencias a la sepultura que aluden a Wordsworth, visiones muy cercanas a las de Blake; alusiones a Shakespeare, T. S. Elliot, Ezra Pound, Emily Dickinson, etc. El material es inagotable, las imágenes innumerables, la riqueza y el estilo exquisitos; la viveza tan intensa que bien se podría uno anticipar a su muerte para decir que es inmortal; Dylan nos reta a comprobar su martilleante pulso en cada verso, por eso siempre ha odiado que se le hagan preguntas, pues, ¿qué más nos puede decir? Más allá de toda comparación podría decirse que Dylan es Dylan, y nada más. A algunos ya nos conmovía antes de acercarnos a los libros; ¿qué más se le puede pedir?



BIBLIOGRAFÍA

· DYLAN, Bob (2004) Chronicles. Volume one, London: Simon & Schuster
· —- (1985i) Canciones 1, Madrid: Fundamentos, 2003
· —- (1985ii) Canciones 2, Madrid: Fundamentos, 2003
· McFADYEN, Warwick (2004) “Like a Rolling Tome” en: The Age (http://www.theage.com.au/articles/2004/12/10/1102182436819.html, consultado el 20 de noviembre de 2005)
· POE, Edgar Allan (1845) “The Raven” en: Método poético y narrativo, Castellón: Rescate, 2001.
· VV. AA. (1989) La poesía del rock, Litoral (números 183/184/185, 18º año literario)

CANCIONES

1. Outlaw blues, Bringing it all back home, 1965
2. A hard rain is a-gonna’ fall, The Freewheelin’ Bob Dylan, 1963
3. Talking world war III blues, The Freewheelin’ Bob Dylan, 1963
4. Desolation row, Highway 61 revisited, 1967
5. Sad eyed lady of the Lowlands, Blonde on blonde, 1966
6. Highlands, Time out of mind, 1997
7. Idiot wind, Blood on the tracks, 1975
8. It’s all right Ma, (I’m only bleeding), Bringing it all back home, 1965