12 dic 2007


“I’m a poet, and I know it”
Herencia Literaria en Bob Dylan

Don’t ask me nothin’ about nothin’,
I just might tell you the truth

Bob Dylan
Outlaw blues
(Bringing it All Back Home, 1965)




Desde que Bob Dylan fuera propuesto por primera vez en 1996 (y desde entonces, hasta hoy, cada año) candidato a premio Nobel de literatura, muchos de los que habían permanecido reticentes a aceptar que del mundo del rock pudieran llegar letras de calidad, tuvieron que retractarse, reflexionar, hacer en su caso un acercamiento para después rendirse a la evidencia. El profesor de lírica de la Universidad de Boston Christopher Ricks, por citar un testimonio prominente, considera a Bob Dylan como “uno de los poetas más refinados de todos los tiempos”. Aún así, sigue habiendo gente que se resiste. El primer volumen de su autobiografía, Chronicles, aparecido en 2004, puede ser la obra determinante para rendir a estos últimos que siguen reticentes a aceptar a Dylan dentro del universo de las letras.

Chronicles ha sido calificado como el mejor libro aparecido en 2004 por muchos críticos de las más prestigiosas publicaciones inglesas y norteamericanas. Este texto será la base de esta aproximación desde la óptica de lo literario. El libro está salpicado de referencias constantes a escritores, obras y poetas. Veremos de qué manera influye la palabra en Dylan acudiendo a algunas citas de su autobiografía y a algunas de sus propias canciones.

Ya en las primeras páginas, podemos atestiguar de primera mano de qué manera concibe Dylan la música y cómo, sólidamente unida a ella, siempre está la poesía. La clave de esta unidad indisoluble la descubre nada más comenzar su andadura musical, recién llegado a Nueva York al final de la década de los 50. Allí descubre que aunque muchos otros músicos cantaban y tocaban mejor, él tenía algo que lo hacía diferente. Ese “algo” lo explica Dylan de esta manera:

Folk songs were the way I explored the universe, they were pictures and the pictures were worth more than anything I could say. I knew the inner substance of the thing. I could easily connect the pieces. (Dylan, 2004:18)

Dylan veía imágenes en los primeros temas folk que interpretaba y fue a través de ellas como él decidió comunicarse. Tenía que conectar ambas cosas: música e imágenes, y para ello acude a la poesía, para buscar en ella lo que después pretendería aplicar en sus temas musicales. La poesía fue crucial desde el principio en la innovación que Dylan introdujo en la música moderna. Lo fue por varios aspectos. En primer lugar, la duración: Dylan tenía la firme convicción de que las canciones debían extenderse más allá de los tres minutos, pues se debía obligar al receptor a seguir una historia, a hacer el esfuerzo de enfocar la atención. Dylan opina (Íbid, 55) que las canciones cortas, al igual que la televisión estaban destruyendo la mente y la imaginación de los jóvenes. Entonces, como él mismo apunta:

I had broken myself of the habit of thinking in short song cycles and began reading longer and longer poems to see if I could remember anything I read about in the beginning. I trained my mind to do this […] I read all of Lord Byron’s Don Juan […] Also, Coleridge’s Kubla Khan. I began cramming my brain with all kinds of deep poems (Íbid. 56)

Dylan, como puede verse, literalmente llenó su cerebro a reventar de todo tipo de poemas profundos de larga duración. Y consecuencia directa de este firme propósito son sus primeros temas largos, a partir de su segundo LP, The Freewheelin’Bob Dylan (1963), en el que aparecen por primera vez canciones de más de seis minutos, como A Hard Rain's A-Gonna Fall o Talking World War III Blues. Después llegaría a componer temas que llenarían toda una cara de un disco, como Desolation Row, del album Highway 61 Revisited (1967), o Sad Eyed Lady of the Lowlands, de Blonde on Blonde (1966); primer disco doble de la historia del rock. En Time out of mind (1997), está la canción más larga, de casi 17 minutos: Highlands.


No sólo fue esa la influencia de la literatura en Dylan. Durante toda su autobiografía, no para de indicar con qué pasión se acercaba a los libros, desde Tucídides hasta Jack Kerouac pasando por Balzac, Dostoyevski, y muchos otros. A veces acude incluso a pasajes de la biografía de sus escritores favoritos para explicar otros de su propia vida:

Dostoyevsky was accused of writing socialist propaganda. He was eventually pardoned and wrote stories to ward off his creditors. Just like in the early ‘70s I wrote albums to ward off mine (Íbid. 38-39)

Parece inevitable establecer la comparación entre Dylan y lo escritores de la generación Beat, y sí; en efecto Dylan reconoce su influencia, pero solamente al principio:

Within the first few months that I was in New York I’d lost my interest in the “hungry for kicks” hipster vision that Kerouac illustrates so well in his book On the Road. That book had been like a bible for me. Not anymore, though. I still loved the breathless, dynamic bop phrases that flowed from Jack’s pen… (Íbid. 57)

Es significativo cómo Dylan, en contra de lo que se dijo al terminar la Segunda Guerra Mundial, considera la Ilustración todavía vigente:

It was said that World War II spelled the end of the Age of Enlightment, but I wouldn’t have known it. I was still in it. Somehow I could still remember and feel the light of something about it. I’d read that stuff. Voltaire, Rousseau, John Locke, Montesquieu, Martin Luther―visionaires, revolutionaires… it was like I knew those guys, like they’d been living in my backyard. (Íbid. 30)

Dylan es un escritor de canciones tremendamente ecléctico. Toma de los escritores ilustrados su preocupación inicial por los derechos humanos, la crítica a la iglesia y al estado. En la canción titulada Idiot Wind, del album Blood on the tracks (1975), escribe:

Idiot wind, blowing like a circle around my skull,
From the Grand Coulee Dam to the Capitol (Íbid. 1985ii:138)

Vemos el paralelismo entre la calavera y el Capitolio, desde donde el “viento idiota” de la clase política llega para rodearle. Para Allen Ginsberg, la letra de esta canción suponía la "great disillusioned national rhyme". Recordemos que fue escrita en 1975, cuando ya quedaba muy lejos el verano de las flores y el presidente Ford, junto con al ministro Henry Kissinger, se ocupaban de blindar dictaduras contrarias al ideario de izquierdas en todo el mundo.

Si bien las “preocupaciones ilustradas” vinculadas a las canciones protesta de Dylan prevalecieron durante sus primeros años, ha sido el aspecto romántico el que se ha mantenido durante toda su obra. Ya se han citado a Byron y Coleridge, pero hay muchos más de los que Dylan reconoce su influencia: Rimbaud, Verlaine, Shelley, Longfellow, Poe, Giacomo Leopardi, Milton, François Villon…

Dylan memorizó el poema The Bells, de Poe, y escribió una melodía para cantarlo. Según Warwick McFadyen (2004), en su artículo titulado Like a Rolling Tome, el ritmo, fervor y actitud del poema de Poe puede apreciarse en It’s all right Ma, (I’m only bleeding). Podemos comparar:

In the silence of the night,
How we shiver with affright
At the melancholy menace of their tone!
For every sound that floats
From the rust within their throats
Is a groan.
(Poe)

Temptation's page flies out the door
You follow, find yourself at war
Watch waterfalls of pity roar
You feel to moan but unlike before
You discover
That you'd just be
One more person crying.
(Dylan)


También se aprecia la influencia de Poe en estos versos de la canción Love minus zero/No limit, del album Bringing it All Back Home:

The wind howls like a hammer,
the night blows cold and rainy,
My love she’s like some raven
At my window with a broken wing (Dylan, 1985i: 112)



Si recordamos el poema The Raven, vemos claramente el paralelismo. En el poema de Poe (Poe, 1845 : 48), el cuervo niega cualquier continuidad entre el personaje-narrador y la amada muerta; además, al final del poema, el cuervo se niega a irse (como si tuviera el ala rota) y el alma del personaje-narrador se convierte en la sombra del cuervo (And my soul from out that shadow that lies floating on the floor / Shall be lifted – nevermore). El amor del personaje de Poe, como el de Dylan, es un cuervo con el ala rota, un inquietante y siniestro intruso.

Podría seguir desgranándose la obra del bardo de Minessota y seguir relacionándolo con las grandes figuras de la literatura, no sólo poetas. Hay referencias bíblicas constantes en un tono que nos recuerda a Walt Withman; referencias a la sepultura que aluden a Wordsworth, visiones muy cercanas a las de Blake; alusiones a Shakespeare, T. S. Elliot, Ezra Pound, Emily Dickinson, etc. El material es inagotable, las imágenes innumerables, la riqueza y el estilo exquisitos; la viveza tan intensa que bien se podría uno anticipar a su muerte para decir que es inmortal; Dylan nos reta a comprobar su martilleante pulso en cada verso, por eso siempre ha odiado que se le hagan preguntas, pues, ¿qué más nos puede decir? Más allá de toda comparación podría decirse que Dylan es Dylan, y nada más. A algunos ya nos conmovía antes de acercarnos a los libros; ¿qué más se le puede pedir?



BIBLIOGRAFÍA

· DYLAN, Bob (2004) Chronicles. Volume one, London: Simon & Schuster
· —- (1985i) Canciones 1, Madrid: Fundamentos, 2003
· —- (1985ii) Canciones 2, Madrid: Fundamentos, 2003
· McFADYEN, Warwick (2004) “Like a Rolling Tome” en: The Age (http://www.theage.com.au/articles/2004/12/10/1102182436819.html, consultado el 20 de noviembre de 2005)
· POE, Edgar Allan (1845) “The Raven” en: Método poético y narrativo, Castellón: Rescate, 2001.
· VV. AA. (1989) La poesía del rock, Litoral (números 183/184/185, 18º año literario)

CANCIONES

1. Outlaw blues, Bringing it all back home, 1965
2. A hard rain is a-gonna’ fall, The Freewheelin’ Bob Dylan, 1963
3. Talking world war III blues, The Freewheelin’ Bob Dylan, 1963
4. Desolation row, Highway 61 revisited, 1967
5. Sad eyed lady of the Lowlands, Blonde on blonde, 1966
6. Highlands, Time out of mind, 1997
7. Idiot wind, Blood on the tracks, 1975
8. It’s all right Ma, (I’m only bleeding), Bringing it all back home, 1965

5 comentarios:

Art Unlocated dijo...

Si le dan el Nobel de literatura o es reconocido por el sistema como uno de los mayores poetas del siglo XX no le hará más grande.
Lo que hace que Dylan sea Dylan es que miles de personas han vibrado y vibran con sus letras.
Eso es lo real.

Muy bien por el artículo y tu iniciativa.
Un saludo.

Art Unlocated dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

oño ¡¡¡¡
dondani
estos un articulo de cojones,
se coja por donde se coja,

muy bueno,
si señor
muy bueno.

umm
que bien te sientan
las alcaparras(gafas)

Sinisi Renzo dijo...

¿Querés ver un blog simple, con mucho contenido, con poesía, literatura, rock, frases y demás?

Bueno, te invito a que pases por mi blog... hay de eso y mucho más.

En los links que te dejo está también mi otro blog (donde hay reseñas de discos, etc) y mi página de purevolume, donde subí 4 covers de Bob Dylan que hice yo mismo...

Un saludo!


http://www.makelelejuas.blogspot.com
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http://www.fantasmavelez.blogspot.com

Menteinvisible dijo...

No se puede olvidar a Dylan thomas.del que bob dylan tomo su nombre.
rage,rage, againts the daying of the light.
enhorabuena por tus articulos.son mas profundos y artisticos,que ,aquellos que llaman buenos.